Este libro se me hizo muy similar al de Me Vale Madres!. Trata la misma temática, el echo de que estamos domesticados a una tradición, idea o costumbre más familiar que personal. Así mismo, nos da su opinión de como renacer en nosotros mismos pero con ideas personales. A mi ver, es un poco irónico el libro, ya que nos dice que somo domesticados y debemos cambiar nuestros propios acuerdos para ser nosotros mismos; sin embargo, desde cierto punto de vista, hacer caso exacto a lo que el libro dice, no sería precisamente renacer, más bien volver a recaer ya que nos estaría domesticando la propia idea del libro. Sin embargo, desde otro punto de vista al que acabo de describir, el libro se torna interesante si así lo queremos percibir.
Al contrario de los mantras mexicanos, que son más de desapego, este libro aborda desde la perspectiva espiritual el echo de ser felices por sentirnos libres sin cargar pesos que no nos corresponden. Habla sobre la atención, que es aquella que solo ponemos en lo que realmente nos interesa; sobre un juez, una victima y un sistema.
El juez no es precisamente quien sentimos que nos agrede, más bien es nuestro miedo a no ser aceptado por alguna razón; la victima creemos ser nosotros, pero no porque nos vaya mal, si no porque es más fácil justificarse tras un pretexto que el actuar por convicción; y el sistema, que es aquel que nos inculcan, al que nos apegamos y por el cual nos culpamos cuando fallamos, o más bien por el cual nos sentimos frustados o fracasados por no cumplir con sus margenes establecidos por los demás y por nosotros.
Los cuatro acuerdos nos dicen que nuestras palabras deben ser impecables, no tomar las cosas personalmente, no hacer suposiciones y hacer siempre lo máximo que podamos. Cuando nos dice que nuestras palabras sean impecables se refiere a que todo lo que decimos, independientemente de si es bueno o malo, hacia alguien o no, siempre terminara afectándonos a nosotros directamente. Es por eso que debemos medir lo que decimos, porque si nos afecta, entonces hay que estar conscientes de nuestras propias opiniones. Las palabras impecables simplemente son aquellas objetivas e imparciales, con las cuales muchos estarán de acuerdo y otros no, sin embargo, no nos afectaran de manera negativa en los personal.
Por otro lado, el no tomarnos las cosas personalmente nos deslinda del efecto negativo que las opiniones de los demás pueden tener sobre nosotros; es decir, ante esto hay que entender y explicarnos lo que nos dicen para darnos cuenta si realmente hay algo incongruente o no en nosotros. Eso si, si nosotros estamos tranquilos con lo que hacemos y decimos, nada de lo que nos digan nos afectara de forma personal.
El no hacer suposiciones es básico para dejar el papel que a veces tenemos de victima, porque al hacer suposiciones, casi siempre somos los buenos y los demás los malos. Así que si no hacemos suposiciones sobre nada, ni sobre nosotros, entonces el no lograr, obtener o tener algo como se buscaba, pues no nos afectara, simplemente nos ayudara a reestructura nuestras estrategias.
Finalmente el acuerdo de hacer siempre lo máximo que se puede fue mi acuerdo favorito, porque nos libra de las culpas, los pretextos y cosas así. Este acuerdo trata sobre no exigirnos de más, ni justificarnos para hacer menos. Este acuerdo es más que nada sobre el equilibrio individual de productividad.
CONCLUSIÓN
En lo personal me parece interesante la parte de los acuerdos, porque realmente son útiles si se toman con objetividad. Creo que todas las personas necesitamos un equilibrio con nosotros mismos, para así estar paz con los demás y con todo lo que nos rodea. El alejarnos de los problemas no nos deslinda de responsabilidades, pero el deslindarnos de responsabilidades ajenas si nos deslinda de problemas.
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